domingo, 11 de septiembre de 2011

Tu mirada lo ha dicho todo.

No, no me intentes explicar, no te preocupes corazón.
Las palabras están demás; tu mirada lo ha dicho todo. Lo noté desde que te vi entrar, lo sabía antes de llegar. Debo confesarte; nunca creí que aquel lunes sería el último día que te podría abrazar, creí que no todo era tan grave; que podríamos con más. No; no pudimos. Ojalá alguien me hubiera avisado, ojalá te hubiera dicho cuánto te quiero en esa última llamada. Ahora estamos aquí, sin decir palabra, sin cruzar miradas. Te quiero tanto y sé que tú a mí, desearía que no nos hubieramos lastimado así. De pronto me llega esa sensación ; esa desesperación, la verdad es que no soy tan fuerte como lo pensaba... Me miras y tus ojos se cristalizan, tú también lo sabes; este es nuestro final. Aquí es cuando deseo llamar a alguien para que me de fuerza, a alguien que me diga que todo estará bien, pero ¿a quién llamo si la única persona que me puede tranquilizar está frente a mí con el corazón roto por mi culpa? ¿cómo le llamo si mi corazón está roto por su culpa? Te extraño a rabiar y aún no te marchas. Nunca creí que terminaríamos así; dejamos llegar muy lejos las cosas y hoy no encontramos el regreso, el perdón se volvió lejano cuando el dolor se volvió tan grande. Me paro y te veo salir, cierro los ojos; desearía no estar aquí.
Tal vez un día veamos atrás y no dolerá tanto.
tal vez algun día recordarás cuánto te amé
tal vez un día te recuerde sin ganas de llorar.
Tal vez mañana podamos sonreír...

3 comentarios:

Muchas gracias por tomarte el tiempo de comentar mis entradas :)