> La ex fanfarrona. Después de cortar, se pone
más linda que nunca: va al gimnasio, se arregla el pelo, tal vez hasta
se opera las tetas y se viste de otra manera. No terminás de entender de
dónde salió está nueva femme fatale y por qué no hacía todo eso cuando
estaban juntos. Además, no querés ser paranoico, pero parece que ella
deseara asegurarse de que la veas en su nueva y mejorada versión.
Incluso, puede llegar a aparecerse con su nuevo novio: un tipo alto y
exitoso, que se parece mucho a Brad Pitt…
> La inevitable. La
conociste porque era tu vecina o tu compañera de trabajo -escenarios
perfectos para empezar una relación, pero ¿para terminarla? Resulta muy
incómodo tener que cruzarse todos los días y fingir el clásico "acá no
pasó nada". Sobretodo, porque nadie se lo cree y nunca faltan los
rumores: "No, pasa que ella lo dejó por el plomero" -escuchás en el
pasillo- o "Y ¿qué querés? Si ella es una bruja." Por suerte, la gente
se aburre rápido y, con el tiempo, todo vuelve a la normalidad.
> La ex que se la tragó la tierra. Desde
que cortaron, es como se hubiera mudado a Júpiter: nadie sabe nada de
ella; nadie la vió nunca más. No sabés cómo se las ingenió para
desaparecer o si entró en un programa de protección de testigos, pero el
hecho es que se esfumó sin dejar rastros. Al principio, es lo mejor que
te puede pasar: te permite seguir con tu vida y recuperarte del duelo
sin siquiera preocuparte por encuentros incómodos. Después de un tiempo,
tal vez te gustaría saber cómo está y qué fue de su vida, pero ya no
sabés cómo ubicarla.
> La ex familiera. Con
la excusa de que los quiere tanto, no deja de ver a tu familia. Lo más
curioso es que, cuando estaban juntos, le daba "fiaca" ir a las comidas
de los domingos y a veces, incluso, los criticaba. Ahora, va a tomar
mate con tu mamá y sale con tu hermana. Obviamente, el único tema de
conversación con las dos ¡sos vos! ¿Alguien dijo manotazo de ahogado?
> La ex roba-amigos. Desde
que cortaron, insiste en que ella también tenía una relación con tus
amigos/as y se niega a dejar de verlos. Va a los mismos lugares que vos y
se encuentra con las mismas personas. Puede ser un último recurso para
no perderte o porque realmente se hizo amiga de tu grupo. Este tipo de
ex tiene un subtipo mucho más extremo: la ex que terminó con un amigo
tuyo. Muchos podrían acusarlos a ambos de no tener códigos, pero a
veces, como decía Tanguito: "el amor es más fuerte" (perdón por la cita
cursi). Otras veces, pasó tanto tiempo que el tema de los códigos ya
caducaron y es simplemente una coincidencia graciosa.
> La ex gauchita. No
solo seguís contando con ella para algún encuentro apasionado y casual,
sino que también es la que siempre te salva. Sin dudar, la llamás
cuando querés saber cómo sacar esa mancha de tinta de tu camisa nueva,
para que te recuerde el número del delivery de comida china tan rica,
etc. Lo malo es que es probable que ella siga un poco enganchada. De no
ser así, un buen día te va a atender Roberto (su nuevo candidato).
> La ex revisionista. A
toda costa, quiere hacer una autopsia de la relación y, por desgracia,
no la quiere hacer solita. "Necesita" entender qué pasó, por qué se
terminó, cuándo empezó el fin… Te pide una y otra vez que se encuentren a
tomar un café "para hablar" y jura que será la última charla, pero lo
mismo te dijo las siete veces anteriores. Vos ya no sabés cómo
explicarle que simplemente no querés tomar más cafés ni nada con ella,
que "no soy yo, ¡sos vos!"
> La despechada. Era
una chica normal, un poco intensa, quizás, pero, desde que cortaron, se
convirtió en una loca con todas las letras: te persigue y hace
escándalos en los lugares más inconvenientes, al grito de frases como:
"¿Vos te crees que te vas a librar de mi tan fácil?" o, con algo más de
romanticismo, "¡Nadie te va a querer tanto como yo!" (por suerte, porque
para amores así…) Hay que tener cuidado porque es el tipo de mujer que
puede pasar de papelonera a hierve-conejos.
> La inolvidable. Esa
que te dejó a vos deshecho, confundido, sin entender cómo ni por qué un
día decidió irse sin mirar atrás. Vos creías que estaba todo bien; ella
explicó entre dientes que, desde su punto de vista, nunca estuvo "todo
bien." Te dejó solo, con el corazón roto y sin explicación. Tus amigos
pasaron a odiarla y a tener que soportarte hablando de ella, pidiendo
respuestas. Después, ya no alcanza con tus amigos: se lo contás al
peluquero, al tachero y a tus nuevas citas. Todos te miran con la misma
cara que dice: tedio. Pensás que nunca la vas a superar, pero, por
suerte, no es cierto -todas las heridas, con el tiempo, cicatrizan.
> La ex con la que está todo bien. Pasó
el tiempo y, ahora, es esa ex que ya no te genera más que una sonrisa
por los buenos recuerdos. Le guardas cariño y nada más. Cada tanto, te
la cruzás, tal vez con su nuevo novio, y, sin cuentas pendientes, los
dos se alegran al verse; sonríen. Proponen juntarse algún día a tomar un
café; los dos saben que eso no va a ocurrir, pero, aún así, en el
momento lo sienten. La buena noticia es que algún día, con un poco de
suerte y buena voluntad, todas las ex novias se convertirán en eso: una
chica a la que quisiste mucho y con la que viviste buenos y malos
momentos, allá lejos y hace tiempo. Ambos crecieron, separados y
felices.
me encanto el post. te sigo. te invito a http://christianyamao.blogspot.com/
ResponderEliminarsaludos
Me encanta & es todo verdad ; te sigo :L
ResponderEliminarPara por mi blog♥
http://nacercrecerymorir.blogspot.com/
ajajaja, yo he publicado mi última entrada como algo parecido. Me dio gracia al ver esto, no tienen mucho en común. Besos, y abrazos. Te sigo desde siempre. (:
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