domingo, 3 de julio de 2011

Una simple sonrisa.

Una sonrisa es, sí, símbolo de alegría. Y la alegría es capaz de transformarlo todo. Es como un tesoro inacabable que, mientras más da, más se llena. Quien muestra una sonrisa transpira alegría, atrae y nunca deja las cosas igual. Todos queremos, es más, buscamos, estar con quien nos anima y estimula. Puede ser que la vida nos trate mal, pero el estar con personas alegres es siempre un rellano en la montaña de la vida. Y cuando esas personas se apartan, dejan un hueco profundo en el alma y se van de la historia dejando en herencia un mundo mejor.
Y es que no se trata de una alegría hueca, como un globo que apenas toca la punta de un alfiler y explota. Me refiero a esa alegría llena, profunda, cuyas fuentes son más hondas que las distracciones o el placer. Estos a lo mucho tienen como fruto una carcajada, cuando no se quedan en una risa de apariencia y falsedad.  
La alegría no es tampoco mero optimismo, es decir, espera insegura de que las cosas irán mejor. La alegría se teje con otra tela: la de la fidelidad a uno mismo. Es alegre quien se conoce, se acepta y busca mejorar en todo. La doblez, el querer al mismo tiempo ser y no ser lo que se es causa la amargura y la tristeza. La persona alegre no niega sus limitaciones ni se tapa los ojos ante las dificultades de la vida; las acepta, las afronta, las sufre, pero jamás, nunca, se traiciona a sí misma: tiene esperanza. 

2 comentarios:

  1. xq siempre he creido q una buena actitud hace la diferencia,una sonrisa es algo tan facil,no dejemos de sonreir nunca...besos!

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  2. Me ha gustado mucho tu blog :)
    Te sigo desde ya!
    Pasate por le mio si quires :)
    Un besito!

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Muchas gracias por tomarte el tiempo de comentar mis entradas :)